Hay un goce intelectual,
cuando la mente razona,
yendo tras del ideal
de una verdad que apasiona…
Y hay otro goce, el sensorio,
cuando la piel se solaza,
y en el ritual amatorio
almas y cuerpos se enlazan…
Más hay también un tercero
que se basa en la fusión,
y requiere, compañero,
de un abierto corazón…
Es una unión sin reservas
del que mira… y lo mirado,
de modo tal que el que observa
se transforma en lo observado.
Por caso, en la playa, un día,
viendo las olas rodar,
la expandes a tu energía
sobre las aguas del mar…
Y en esa hora dorada,
y en medio de un gozo inmenso,
pasas de ser pincelada…
¡a transformarte en el lienzo!
Y en la experiencia divina
de esa gozosa expansión,
¡toda la vida marina
te canta en el corazón!
Y suave, serenamente,
de un modo dulce y bendito,
sales de tu recipiente
para volverte infinito…
También sucede algo igual
si oyes una sinfonía,
y de un modo natural
te unes con la melodía…
Se hace a un lado el yo pequeño,
y algo inmenso surge allí,
y esa música de ensueño
pasa a ser parte de ti…
Te conviertes en las notas…,
y en su precioso “increscendo”,
y en el sonido que brota,
feliz, de cada instrumento…
Y embargado enteramente
de un éxtasis que enamora,
pierdes allí totalmente
cualquier noción de las horas…
Por eso, si hay desencanto
en ti de lo intelectual,
o ya no te llena tanto
el goce de lo sensual,
prueba a explorar, compañero,
la percepción expandida,
que este disfrute -el tercero-,
¡cambiará todo en tu vida!
hola jorge !!!! me encanta el tercer goce me quedo con el !!!!!!!!!!!!
un abrazo muy fuerte te quiero amigo !!!!!!!!!
¡Que se expanda tu corazón en ese precioso disfrute, mi buena amiga!
Gran abrazo.
"…Y embargado enteramente
de un éxtasis que enamora,
pierdes allí totalmente
cualquier noción de las horas…"
Teniendo en cuenta esto querido amigo, hago extensivo este tercer goce a lo que siento cuando estoy leyendo tus pajarillos..me pierdo entre ellos y con ellos pierdo la noción del tiempo… (creo que te lo he comentado en otras ocasiones..)
un cariñoso abrazo 🙂
Juana Maria
¡Celebro que disfrutes de las mieles del "tercer goce", mi querida amiga!
(Y más celebro, que ello se produzca al leer mis rimas jaja)
Un tierno abrazo.
De verdad que poder experimentar el tercer goce es pura gloria. Son pequeños momentos hasta que la mente interrumpe, pero esos momentos como valen. Me sucede con la música o la simple contemplación. Gracias, compañero!
¡Que esos destellos de eternidad, te llenen de "pura gloria" cada vez con más frecuencia, compañera!