Tú tienes un poder que no utilizas
pues nadie te enseñó que lo posees:
el de obtener aquello que desees
cuando con emoción lo mentalizas.

Tu determinación es primordial
para fijar de un sueño los cimientos,
y construir castillos en el viento
y tornar en vergel lo que era erial.

Contémplalo en tu mente realizado…,
sabe en tu corazón que ya está hecho…,
y siente ese temblor allí en tu pecho
que te dice que ya se ha consumado.

Para ello, mi amigo, es necesario
ignorar lo que muestran los sentidos:
“¡persistir!” es el mantra requerido
aún cuando parezca estrafalario.

No importa si estás viendo nubarrones:
sostente en la visión de un cielo claro,
y allí mantente aunque parezca raro,
¡que así es como se plasman las visiones!.

Tan solo tienes que pagar el precio
de sostenerlo como una obsesión,
aunque te digan todos, sin razón,
que tu comportamiento es el de un necio.

Más si aparece un ápice de duda
la manifestación ya no se expresa:
debe ser de granito tu certeza,
y tu intención ser firme y ser aguda.

Pues lo que estás haciendo, es ciertamente
otra “línea de tiempo” a ti atraer,
para luego con ella remover
la caja en la que te hallas actualmente.

¡Vamos, amigo!, úsalo a tu don…,
cree en la magia que te fue entregada,
que si no la utilizas para nada,
¡eres un águila que se cree gorrión!

No te resignes a un “vivir pequeño”
cuando a tu alrededor todo es grandeza,
¡que el mundo entero se halla en tu cabeza,
y el corazón te pide ir tras de un sueño!