¿Adónde vas…, y que buscás…,
si ya lo llevas todo adentro?:
todo está allí, dentro de ti…,
¡justo en el centro de tu centro!

Todo el poder, todo el saber,
que en tantas vidas has juntado,
te dicen “ve…, marcha con fe:
¡que te lo tienes bien ganado!”

¡Suelta tu cruz, y has que tu Luz
se esparza de un modo rotundo,
que el esplendor de ese fulgor,
hoy hace falta en este mundo!

Tú puedes ser, en tu quehacer,
un mostrador de mil caminos,
y apuntalar, con tu accionar,
a los demás en sus destinos.

Si alguien fatal busca tu mal,
dile allí tú en tu pensamiento
al ver dolor tras su rencor:
“¡yo igual te sigo aún queriendo!”

Y si al andar vuelve a pasar
que reaparece en línea recta,
deja que allí emane de ti:
“creo mi paz…, ¡nada me afecta!”

Y es que el candor de tu interior
te aporta eso que le falta,
y que llevás por donde vas:
¡tu vibración… que es siempre alta!

¡Ponte al timón!, que el corazón
te está pidiendo una epopeya,
(y qué mejor que “dar amor”,
¡para dejar así tu huella!)