Deja que el mundo gire…, deja que gire…,
frenético…inestable…cruel…esquivo…,
deja que el mundo gire…, y tu…inmutable…,
allí…, en el borde de ese torbellino…

Deja que el mundo gire su danza loca,
de búsqueda sin fin…, de desatino…,
de vana huida hacia ninguna parte…,
y tu…mirando…¡impávido testigo!

Deja que el mundo gire…, desaforado…,
bailando allí…en el filo del abismo…,
y tu…impasible…, observando el juego,
…como un espectador inexpresivo…

Deja que el mundo gire…en tu cabeza…
-¡porque allí es donde gira, amigo mío!-,
¡que sólo pueden detener el trompo,
los que contemplan desde afuera el giro…!