Deja que el mundo gire…, deja que gire…,
frenético…inestable…cruel…esquivo…,
deja que el mundo gire…, y tu…inmutable…,
allí…, en el borde de ese torbellino…
Deja que el mundo gire su danza loca,
de búsqueda sin fin…, de desatino…,
de vana huida hacia ninguna parte…,
y tu…mirando…¡impávido testigo!
Deja que el mundo gire…, desaforado…,
bailando allí…en el filo del abismo…,
y tu…impasible…, observando el juego,
…como un espectador inexpresivo…
Deja que el mundo gire…en tu cabeza…
-¡porque allí es donde gira, amigo mío!-,
¡que sólo pueden detener el trompo,
los que contemplan desde afuera el giro…!
Hermoso, gracias por permitirme nutrir de tu sensibilidad y tu visión tan clara, no tienes idea de lo que aprendo contigo dia a dia.
Un abrazo
¡Que dulces tus palabras, amiga!:¡son una caricia para el corazón…!
Infinitas gracias…
Jorge, son muy buenos tus pensamientos y como los transmites a la poesía. Te felicito, sigue así, no pares. Yo les envio a mis amigos tu web porque me parece linda 🙂 y provechosa para el alma.
Un abrazo
¡Gracias por tu estimulante mensaje, Renato!
Alicientes como éste, ayudan -y mucho-, a continuar por esta senda…
Un abrazo…
Hola Jorge,siento que estás describiendo,un estado de conciencia,en el cual,uno se convierte en observador,y es,en ese momento,cuando irrumpe la bendita comprensión…
Mensaje muy profundo…contemplar "desde afuera"
ése es el punto.
Gracias por transmitir tu claridad .
…el observador…la observación…y lo observado…¡todo es lo mismo!,¿verdad, amiga?
Gracias por tu comentario.
Hola, Jorge Oyhanarte, es tuyo el poema? me ha encantado. Un abrazo
Sí, amigo/a (como todo el material de este blog).
Gracias por tu mensaje
Un abrazo…