Andando por la vida, camino a tu Maestría,
-esa ruta de estrellas que lleva al corazón-,
que encuentres, buen amigo, la “herramienta del día”…,
¡la que más te haga falta en cada situación…! :
…compasión…que mitigue del otro el sufrimiento…;
…dulzura…para aquellos sumidos en el llanto…;
…entereza…si acaso te abate el desaliento…,
…¡y divina esperanza…para seguir andando!
Que creas en ti mismo, contra viento y marea…,
aunque tal vez el mundo no entienda tu mensaje… :
el valor que te has puesto –por más alto que sea-,
¡es mil veces más grande, compañero de viaje…!
Que en cada circunstancia decidas por vos mismo,
-¡aunque te hablen con citas de los Libros Sagrados!-,
y que sea tu experiencia tu mejor catecismo…
¡y no lo que alguien diga…de lo que le han contado!
Que puedas receptar –aunque sea fugazmente-,
esas inspiraciones que el corazón envía :
son señas que te indican –por fuera de la mente-,
¡la senda iluminada que lleva a la alegría…!
Que ante cada tropiezo, reacciones con paciencia,
buscando ese mensaje que hay en todo traspié…,
y que sepas entonces que a “golpes de conciencia”,
¡es como se reafirma la confianza y la fe…!
Y cada vez que el ego te acose, desbordado,
con sus vanas urgencias y sus huecas demandas,
que puedas ordenarle “¡Quédate allí a un costado…,
y ya no me importunes…que Yo Soy el que manda…!”.
Que puedas desprenderte con ligereza, al fin,
de ideas…, de personas…, trabajos…, situaciones… :
¡eres el responsable de tu propio jardín…,
y de cuidar las flores de tus vibraciones…!
Que cuando te critiquen…no alces una barrera,
ni avances futilmente en vanos entredichos…,
y en cambio te preguntes, con humildad sincera :
“¿qué puede haber de cierto en esto que me han dicho?”.
Y cuando algún hambriento, un alimento pida,
¡que puedas acercarle un pan allí en tu palma!,
pero además, amigo, de ofrecerle comida…,
¡que puedas, con tu verbo, …alimentarle el alma…!
Y aquello en que te ocupes…¡que sea un fin en si mismo!…,
¡que estés allí completo, entero, de verdad!,
y que por obra y gracia del más puro alquimismo,
¡hagas de cada instante …tu propia eternidad…!
Y entonces, avanzando camino a tu Maestría,
se te abrirán las sendas con aromas de rosas…
y ese día bendito…¡ese bendito día!,
¡irradiarás tu luz sobre todas las cosas…!
Lo que encuentro sorprendente es que vas directo al grano y desde mi modesta perspectiva,ése es el sendero que mi corazón me está marcando,ya que siempre sigo su guía.
Como una humilde aspirante de la sabiduría,
me inspiro con tu poesía.
Un abrazo cariñoso .Leonor
"Directo al grano"…jajaja : ¡muy gráfica tu expresión, amiga mía!
Y es verdad: el lenguaje del corazón es dulce y suave…pero llama a las cosas por su nombre…sin eufemismos…
¡Y sin eufemismos te digo que me siento honrado de que estos humildes pajarillos te inspiren en tu senda!