¿De qué te estás protegiendo,
compañero del camino?
¿A qué le cierras la puerta…?
¿Qué muros has construido…?

¡No permitas, camarada,
que barreras y remilgos
te mantengan encerrado
en tu caja de prejuicios!

Si ya sabes que en la hebras
del cuántico recorrido
a lo que crees, lo creas…
entonces… ¡cree distinto!

Ábrete sin medias tintas
a fundirte en Lo Divino,
y a la posibilidad
de que esta vez sea verídico.

¡Hay una Nueva Energía,
-algo que nunca ha existido-,
y vino para ayudarnos
a contactar Lo Infinito!

¡Vamos, marcha jubiloso
hacia “Eso” desconocido,
con un canto entre los labios
y una sonrisa de niño!

¿Qué es lo que te está frenando…,
qué te mantiene en tu sitio…,
qué lastre plegó tus alas
y te dejó anclado al piso…?

¿Te frena el “pasar por tonto”?,
¿es tu temor “al ridículo”?,
¡y qué problema hay con eso
mi queridísimo amigo!

¡Qué importa lo que otros piensen,
mientras seas bendecido
por el flujo indescriptible
de un Amor jamás sentido!

¡Todas son buenas noticias,
todas, sin ningún distingo,
cuando tú le abres la puerta
a Aquello que va contigo!

¡Porque es paz, benevolencia,
completitud, regocijo,
y una conciencia expandida
lo que sobre ti es vertido!

Por eso, deja que insista
otra vez sobre lo mismo:
¿de qué te estás protegiendo,
compañero del camino…?