Amo las gentes simples…, de andar infatigable:
¡hormigas laboriosas de un inmenso hormiguero!,
temerosas y fieles de algún Dios implacable,
…que se marchan un día…casi como vinieron…

Amo las gentes simples…y sus simples maneras…,
sus gestos pequeñitos…, sus hábitos sencillos…,
viviendo año tras año como si no tuvieran
derecho a que en sus vidas haya un poco de brillo…

Amo las gentes simples…que nada se cuestionan…,
que pasan por el mundo con su miedo y su fe…,
y el día menos pensado este plano abandonan…
¡…y no tuvieron tiempo para ningún “porqué”…!

Amo las gentes simples…y la paz de sus rostros…
¡ellos son mis espejos…con su lustre opacado…!:
¡todos somos maestros los unos de los otros,
jugando la ficción de estar desnivelados…!

¡Amo el aura apagada de su resignación…!
¡Me da tanta ternura su callada simpleza…!
¡Ah…, si pudiera al menos tocar su corazón…
…y hacer por un instante que sientan su grandeza…!!!