¡Acelera…, acelera… tu vibración atómica…!
¡Más rápido…, más rápido…; más lejos…y más lejos…!
¡Los electrones giran y giran en su danza…,
y es tan vertiginosa que te quita el aliento…!

Las partículas trazan, en circuitos de oro,
el flujo incontenible de su poder magnético…,
y tus chakras se unen en una esfera blanca
de altísima frecuencia vibratoria en su centro…

Y toda tu estructura molecular se activa…,
y una espiral pulsante de luz te va envolviendo…,
y tu Divinidad te da la bienvenida
mientras que tú te asomas de a poco al Gran Silencio…

Y tu yo pequeñito se te volatiliza…,
y “algo” en ti toma el mando que se hallaba disperso…,
y de pronto es entonces tu alma la que gira
junto con las galaxias…y con los universos…

Y es ella la que ordena: “¡más rápido…, más rápido…”,
y un zumbido de plata te traspasa el cerebro…,
y de repente te abres al eterno vacío…,
al umbral insondable, allí…del punto cero…

¡Y es tal el arrebato…, es tal la maravilla…,
es tan inexpresable lo que sientes por dentro,
que solamente atinas a caer de rodillas…,
ebrio de gratitud…y de recogimiento!