En un mundo paralelo,
hay un “tú” resplandeciente,
lleno de pura energía,
vital, radiante y alegre…

¡Qué confianza hay en sus ojos,
y que entusiasmo envolvente!,
¡cómo se bebe la vida…,
cómo ríe y se divierte…!

Las barreras de este mundo,
-las trabas y “no se puede”-,
no existen en absoluto
en el plano en que se mueve…

El sabe que es un Creador,
y modela exteriormente
la realidad que primero
ha contemplado en su mente.

¡Y qué bellos cuadros plasma,
y qué apasionadamente…!,
¡con qué visión elevada…,
con qué disfrute y deleite…!

¡No esperes más, camarada,
para activar plenamente
en ti la misma manera
de vivir gozosamente…!

¡Llama a ese “tú paralelo”
fúndelo en tu yo presente,
y ponte a mirar la Vida
con ojos resplandecientes…!