¿Qué haces tirado en el piso?
¡Mira la pena que das!
¿Qué dices…? ¿Que estás vencido…
y no puedes seguir más…?!

¡Cómo puedes decir eso,
cuando en tu interior palpita
un poder ilimitado
y una energía inaudita!

¡Sí…, ya se de tus heridas,
cicatrices, decepciones,
pero en la vida, mi amigo,
nadie crece entre algodones!

¿Qué exclamas… en un murmullo
que casi ni puedo oír…?,
¿que la fatiga te abruma…,
y que no puedes seguir…?

¡Pues déjame que te diga:
tu cansancio es una idea…,
como lo es tu aflicción,
y el pesar que te golpea!

¡Y es una idea el hastío
y es una idea el fracaso…,
pero te llenan de sombras
y te hacen bajar los brazos!

Si quieres dejar de verte
sólo, pequeño e inerme,
debes asumir, amigo,
el potencial que en ti duerme.

Tienes reservas internas
que mantienes sin emplear…,
¡baterías hasta el tope
de energía sin usar…!

Esa energía que aplican
los yoguis en sus hazañas,
los náufragos que se salvan…,
o los que escalan montañas…

O el corredor agotado
que está a punto de parar,
y al conectarse a esa fuente
siente que puede volar…

¡Ni siquiera una pizquita
de tu poder has usado…,
y me dices tan campante
que te sientes derrotado!!!

¡Vamos, extiende la mano,
que te ayudo a levantarte,
que no hay tropiezo en la vida
que pueda paralizarte!

¡Ponte de pie, camarada,
reenfoca tu percepción…,
y verás que nada puede
limitarlo al corazón!

¡Quítate el “freno de mano”,
y deja que tu grandeza
te impregne de poderío
de los pies a la cabeza!

¿O alguna vez viste un Faro
que mientras va iluminando,
dude de su propia luz
a la vez que está alumbrando…?

¡Vamos, “levántate y anda”…!,
¡revela la luz que encierras,
que sólo creyendo en ti
forjarás la Nueva Tierra!