Escúchame…
amigo, que
llorando estás
por quien se fue de aquí…

Cómo es que tú
puedes creer
que se extinguió,
ese fulgor
tan especial
que te brindó
tanta felicidad…

Y si
te dio su comprensión
y su amorosa luz…,
¿cómo se puede ir
eso del corazón…?

Y…,
si te ha pasado así…,
sabrás…,
que sigue estando allí…,
porque
la flor de su bondad
con dulce suavidad
sigue aromando en ti…

Recuérdalo…,
nadie se va…,
recuérdalo…,
nadie se va jamás…

Qué hermoso fue
poder sentir
junto a ese ser
tan grande amor…,
y revivir
el resplandor
de un sentimiento así…

Y si
una lágrima va…,
tal vez
rodando por tu tez…,
es un
reflejo de cristal
de un beso celestial
que te ha dado otra vez…

Recuérdalo…,
nadie se va…,
que si el amor
ha sido de verdad,
queda un lazo de luz
hecho de eternidad…