Poesía, Video
¡Ponte los lentes de “verlo todo hermoso”,
que eso no deja que lo oscuro exista!
“¡Pero eso es solo engaño…, es fantasioso!”
dirá, seguramente un pesimista.
“Engaño” es el que sea tu observación
distorsionada por esos espejuelos
que la oscurecen a tu percepción,
de modo que no pueda alzar el vuelo.
Hay tantos por allí que van usando
los anteojos que solo ven lo oscuro,
en lugar de decirse, al ir andando:
“¡con nuevos lentes vería claro y puro!”
Y es que los que usan ya están muy gastados:
¡son gafas que ahora piden su relevo!,
todo lo que muestran, lo muestran sombreado,
¡y ya ni siquiera le sirven al ego!
Si fuese tu caso ¡renueva tus lentes!
y verás entonces que hay “otras” señales:
¡te cambia el panorama que hay enfrente
contemplar a través de otros cristales!
Empiezas a mirar de tal manera
que hallas belleza incluso en lo imperfecto,
y “el de al lado” no es más “uno cualquiera”:
¡es un hermano que merece afecto!
Y estos lentes que ahora te complacen
por el modo en que cambian tu camino,
en realidad lo único que hacen
es encontrar en todo Lo Divino.
¿Y sabes?, no hace falta, al ir andando,
el llevarlos montados en la nariz:
¡es en tu Alma en donde están morando
estos anteojos que te harán feliz!
Y es que nada está escrito, todo muta,
y es a partir del tono en tu mirada,
que encuentras Luz u oscuridad en tu ruta…
(y tú… ¿qué “lentes” usas, camarada?)