“¿Y ahora de qué se trata todo…?”,
le pregunté a mi corazón…
y al aclarar mi confusión,
él respondió de este modo… :

“Las primitivas reacciones
de tu pasado ancestral,
han llegado a su final…,
han cumplido sus funciones… :

Ya no se trata más de huir…,
como tampoco de luchar… :
ahora se trata de vivir
desde tu ¨dulce lugar¨…

Se trata de estar allí…,
calmadamente centrado…,
sabiamente equilibrado,
en esa paz dentro de ti…

Se trata de despegarse
del drama que haya en tu vida…
¡porque si le das cabida…
sólo busca perpetuarse…!

Se trata de no esperar
que alguien te traiga alegría…;
¡ella está en ti, cada día,
como está el agua en el mar…!

Y se trata de fluír,
con el río…mansamente…,
confiando serenamente
en lo que pueda venir…

¡Se trata sólo de vos,
y el misterio de existir…,
y se trata de asumir,
la Divinidad que sos…!”