Te propongo, camarada, algo complejo:
¡que por una semana no hagas reproches!;
que sea tu trato dulce, gentil, parejo,
desde que nace el día hasta la noche…
Y que no seas espejo de quien te trata:
¡ya la nube del otro no va a amargarte
cuando es el Universo el que desata
la Luz que a través tuyo se reparte!
Si puedes sostenerlo una semana,
¡es porque el corazón ya se está abriendo!,
y empiezas a sentir que nos hermana
la aceptación total que estás sintiendo.
Y te sugiero allí, algo aún más duro:
que no solo a “ese otro” les des tus dones,
sino también que viertas ese amor puro
a todo el que te encuentres, sin distinciones…
Cuando “amar por amar” se hace costumbre,
pasas a modelarlo a tu destino,
y tu Yo Superior prende una lumbre
que ilumina por siempre tu camino.
Más no creas, compañero, que deliro
inventando este “cuadro de situación”:
¡el Amor Fraternal ya está a un suspiro
de inundarla a una Tierra en Ascensión!.
La gente se amará sin diferencias,
y la dulzura dará respuesta a todo:
muy atrás quedarán desavenencias,
los egoísmos y los malos modos.
Y de que así será, ¡no cabe duda!,
los indicios son claros y evidentes:
¡el Cambio de Conciencia te saluda
con huellas que son más y más potentes!
Y si aún te quedara una sospecha
de que es falaz esto que expreso aquí,
te cuento, amigo, que existió una fecha,
en que se decidió que fuese así.
En el mil novecientos ochenta y siete
se aunaron multidimensionalmente,
-en un esplendoroso ramillete
los Yoes Superiores de la gente.
Fue un gran evento de divina tónica
para un cambio planetario de conciencia:
se dio en llamarle “Convergencia Armónica”,
y vibró en una altísima frecuencia.
Y ningún Alma se quedó a un costado:
ni las de aquellos que encarnaron antes,
ni las de los que hoy estamos encarnados,
ni las de quienes lo harán más adelante .
En esa Junta ultra dimensional convocada de un modo simultáneo,
no fue preciso votación final:
¡el criterio fue unánime e instantáneo!:
“El Ciclo es adecuado y es correcto:
ya es hora de brindar la bienvenida
a este planeta que va en sendero recto
hacia el estatus… ¡de una Tierra Ascendida!”
(Y para acelerarla a esa llegada de amor y dicha como nunca antes,
hoy te suplico a ti, buen camarada,
que a tu reloj del Alma…, ¡lo adelantes!)
Hola Jorge, hay ocasiones que me siento atraída magnéticamente a venir a tu blog por alguna razón especial, y fíjate que estoy en esta sintonía de amar incondicional, y precisamente en estos días lo he practicado, he optado empatizar con aquellos que menos lo merecen, como una necesidad almica, y verlos con ojos nuevos, a sabiendas de que lo único que demandan con su comportamiento no tan amable, es ser amados como no lo han sido antes, el sentirse respetados, y considerados valiosos, ya que ni ellos mismos, logran verse así.
De solo empezar a leerte lo siguiente:
¡que por una semana no hagas reproches!;
que sea tu trato dulce, gentil, parejo,
desde que nace el día hasta la noche…
Y que no seas espejo de quien te trata:
¡ya la nube del otro no va a amargarte
cuando es el Universo el que desata
la Luz que a través tuyo se reparte!
Caray, sin saberlo he estado en esa frecuencia en estos días especialmente, de ver al otro con amor, a pesar de sus bombardeos de desamor, y entender que, cada uno libra duras batallas, y se desenvuelve lo mejor que puede, para defenderse de sus amarguras internas, y su incomprensión, de todo lo que le esta sucediendo.
Jorge, una vez mas agradecida de encontrar tu espacio, y tu luz, que sigue irradiando luz y amor sobre nosotros, y el planeta. Y seguimos trabajando para lograr que, como bien dices, «Amar por amar, se haga costumbre» y
La gente se amará sin diferencias,
y la dulzura dará respuesta a todo:
muy atrás quedarán desavenencias,
los egoísmos y los malos modos.
NAMASTE
Hola, Idalia!
(Perdón, camarada, que recién ahora el sistema me avisó de tu mensaje, y por eso te contesto tarde).
Y te cuento que me encanta esto que me comentas de tu cambio de actitud para con aquellos «que te bombardean con desamor»!
Te felicito, mi querida amiga, porque tu ejemplo es como un faro contagioso que les hace preguntarse a los demás: «si ella puede, ¿por qué yo no?»
¡Son las personas como tú, las que van posibilitando en esta Nueva era, que «el amar por amar, se haga costumbre»!
Congratulaciones…, y un gran abrazo!