¡Sé tú mismo…seas quién seas…!,
y cree en ti como en nadie…,
porque aquello en lo que creas…,
¡eso será lo que irradies!,
y has de veras lo que sientas,
-aún dejando atrás tu rol-,
¡que lo que importa es que enciendas
la llama de tu farol!

¡Sé tú mismo…seas quién seas…!:
¡pon tu luz por estandarte!,
y aprende de las mareas
a avanzar…y a replegarte…,
y a librarte de la bruma
por donde quiera que vayas…,
y a dejar, -junto a la espuma-,
tus temores en la playa…

¡Sé tú mismo…seas quién seas…!,
que si las cosas aquí
se te pusieran muy feas…,
¡siempre te tienes a ti!
A ti…que eres tan valioso
por llevar en tu interior,
-desde tu origen-, un trozo
del Padre-Madre Creador…

¡Sé tú mismo…seas quién seas…!,
y plántate ante el abismo…,
que las más grandes peleas
¡siempre son con uno mismo…!,
y a la hora de la verdad,
cuando enfrentes sin pudor
a tu propia oscuridad…
¡confía en tu resplandor!

¡Sé tú mismo…seas quién seas…!:
dirige la vista al cielo…,
¡y no le pongas maneas
a tus más altos anhelos!,
y muéstrate invulnerable
a las críticas ajenas…,
¡porque eres tú el responsable
de tus gozos…y tus penas…!

¡Sé tú mismo…seas quién seas…!,
y ve tras tu mejor sueño…,
¡y abandona esas ideas
de si es grande…o si es pequeño…!,
¡que lo que importa es que es tuyo…,
que canta en tu corazón…,
que te acaricia en su arrullo
y eleva tu vibración…!

Y al pulsar tu mejor cuerda,
oirás un dulce matiz:
¡es tu alma que te recuerda
que viniste a ser feliz!,
y que lo que necesites
de un modo u otro lo creas,
cuando por fin te permites
ser tu mismo…¡seas quién seas!