La sanación futura en ciertos casos,
será holográfica, “curación virtual”,
a través de un programa paso a paso
creado para ti en el Hospital.
Después de hacer estudios especiales
generarán una “simulación”,
un “falso guión” con efectos reales
que darán curso a tu sanación.
Sentado en un sillón cómodamente
con tu casco virtual ya colocado,
contemplarás holográficamente
la porción de tu cuerpo a ser curado.
Supongamos: se trata de un tumor,
lo ves enfrente tuyo claramente,
y sin sorpresa alguna ni estupor
observas que se achica lentamente.
Y como es un programa interactivo,
tú le hablas a tu cuerpo frente a ti,
y siguiendo aquél guión propositivo
tu suave voz le va diciendo así:
“¡Gracias, querido cuerpo, por sanarte,
la veo, sí, veo esa remisión,
y amo tu propio modo de curarte,
y te agradezco con el corazón!”
Y lo repites sin ninguna prisa
hasta verlo a tu cuerpo ya sanado,
y luego entre festejos y sonrisas
el proceso se da por terminado.
Después los escaneos convencionales
constatarán que sí, que eso pasó,
y tu alegría correrá a raudales
al ver que has sido tú quien te sanó.
Y en vez de una “remisión espontánea”,
(como a veces sucede “de la nada”),
en este caso ya no fue “instantánea”:
fue una “remisión escalonada”.
Y si preguntas cómo ese proceso
pudo alcanzar su fin de esta manera,
es que logró que “el ser de carne y hueso”,
al verse “ya sanando”, ¡lo creyera!
¿Y por qué toda esa “escenografía”?,
¡porque permite “fabricar creencia”!:
¡y cómo no sanar en solo un día,
cuando “ves” por ti mismo “la evidencia”!
Es muy potente el “tenerlo enfrente”
y “comprobar” tal recuperación:
en ese trance el cuerpo del paciente,
la hace suya a esa regeneración.
Y luego de escuchar lo relatado
(esa manera “rara” de sanar),
acaso tal vez pienses extrañado:
“¿la Ciencia usando fe para curar?”
Si te pregunto qué es la fe, dirías:
“creer en lo invisible: ¡eso es la fe!”,
¿por qué no usarla entonces cada día,
más fácilmente “cuando sí se ve”…?
(¿Qué tal si hoy por ti mismo lo probases
trayendo ese futuro a tu presente,
y ante alguna dolencia te sanases,
pero sin casco…, solo con tu mente?)
Hola Sr Jorge.
Otra vez solo atino a decir que maravilla. Gracias por existir. Sus poemas me han ayudado mucho. Gracias maravilloso ser de luz!! No me cabe la menor duda de esto!! Bendigo su sabiduría, su amiga en la distancia, desde Caracas – Venezuela.
Sandra Martinez.
Qué bueno que mis poemas te hayan sido de ayuda, querida Sandra!
Gracias por hacérmelo saber, y gracias también por tus elogios y por tu calidez!
Lo mejor para ti, amiga venezolana!
Mi amado Jorge:
Yo no necesité casco, ¿lo recuerdas?
Te amo
Jaja ¡Claro que lo recuerdo, mi preciosa «adelantada»!
Y cuánto te he admirado por ello!
Y además de admirado, también te he agradecido profundamente en mi corazón, por tu valiosísimo testimonio en «Háblale a tus células»… (¡a cuánta gente has inspirado allí a que sigan tus pasos de autosanacion!)
Gracias otra vez, queridísima compañera de viaje!
Un abrazo inmenso!
Desde ese venturoso reencuentro milagroso, supe que te he amado desde siempre….. gracias por estar presente en mi vida….. Te amo
Y gracias por estar presente en la mía, amada Tere…
GRACIAS Jorge, Lo estamos usando lo de sanar de forma virtual…he podido ver los efectos positivos en un hombre joven con una hemiplejía lateral
Un abrazo de LUZ
Bendiciones
Qué bueno, María Rosa…, qué bueno!
Congratulaciones por tu tarea tan comprometida con la Luz!
Enorme abrazo, amiga mía!