Si tal vez sueles quejarte
cada vez que hallas un bloque,
permíteme preguntarte:
¿y si cambiaras tu enfoque,
y gozas lo que te toque?
Pues si no hubiera en tu día,
regocijo… y sofocón,
¿de qué otro modo podrías
crecer en tu Evolución
y abrirlo a tu corazón?
Porque la jornada oscura
que se aparece en tu viaje,
es, en su esencia más pura,
(aunque por fuera sea dura)
¡solamente aprendizaje!
Por ello, en esas instancias
de la vida cotidiana,
en que surgen circunstancias
en que la duda te gana,
antes que el temor te enrede…
piensa en esto que da paz:
“esto que es turbio…, ¡es fugaz!”
“Y además por algo ocurre:
¡todo conlleva enseñanza,
y si mi existir discurre
entre desdicha y bonanza,
¡le hace un sitio a la esperanza!”
¡No lo olvides! si la vida
te lleva a una coyuntura
en que se te abre una herida
y tu visión se hace oscura,
dite con fuerza a ti mismo
la frase que ahuyentará
cualquier duda o pesimismo:
“¡esto también pasará”!
¡Duras infinitamente!,
y ésta, tu existencia actual,
es un punto únicamente
de una Línea que es realmente
sin principio ni final.
Y cada valla vencida
es una lámpara de oro,
que aunadas, vida tras vida,
con su Luz siempre encendida…
¡forjan tu Mayor Tesoro!
Y si dudas que esto ocurra
presta atención a Lo Interno,
que allí tu Alma es Quién susurra:
“¡en verdad eres eterno!”
“Y en tu largo recorrido,
esta etapa, breve o larga,
cumplirá su cometido…
¡cuando ya nada te amarga!”