Es nuestro estado de conciencia
quien fija nuestra realidad:
tal como vibra nuestra frecuencia,
así será su densidad.

En ondas beta nos manejamos
en la tercera dimensión,
pero a ondas alfa nos trasladamos
cuando subimos un escalón.

Y aún más sutiles, las ondas theta
pulsan lo multidimensional,
y si rozamos las ondas delta,
ya cada puerta se hace Portal.

¿Cuándo se activan esos estados?:
cuando meditas…, o haces el bien…,
o cuando lees algo elevado,
o estás en medio de algún edén.

Si a tu cerebro van arribando
ideas sutiles de alta emoción,
sinapsis nuevas se van formando
y van ligando la información.

Al ser consciente de “nuevos datos”,
otros engramas pulsan allí,
y pensamientos nunca pensados
como destellos llegan a ti.

Reconfiguras tus potenciales
hacia un lenguaje de Luz y Amor,
y se te activan ciertos canales
que abren un puente a Lo Superior.

Y si persistes en tal vertiente,
dejas el surco de “lo habitual”,
y “pensar alto”, muy gradualmente
se hace tu nuevo “pensar normal”.

Chakras sutiles se te aceleran,
el tiempo-espacio se hace Ahora-Aquí,
y mientras pulsas la Vida Entera
tu ser de Quinta se funde en ti.

Es de ese modo que en tu experiencia
todo se trata de percepción:
eso percibes…, eso vivencias…;
y tú…, ¿qué pones en tu atención?