¿Qué pasa cuando expandes tu conciencia?
¿Qué ocurre con tu propia vibración?
¿Se realzan acaso tus vivencias?
¿Se modifica al fin tu percepción?

Pasa que si hoy día te llega un evento
que a ti, anteriormente te hacía sufrir,
permites que ahora se lo lleve el viento,
y mientras sonríes lo miras partir.

¡No estás ya más preso de tu circunstancia!:
“interior” y “exterior” se corresponden,
y decides tú mismo en cada instancia
que nunca más una inquietud te ronde…

Y es que al fin has cruzado el viejo puente:
eres un Alma Antigua y sin final,
y sabes que esta vida es solamente
un día de la Vida Universal.

¿Recuerdas?: “el afuera” se acomoda
a tu Intención si está bien enfocada,
y como antes hacían los rapsodas
¡puedes crear tus versos “de la nada”!

Y es que por dentro ya no te limitas
pensando “¡soy mortal, soy poca cosa!”:
¡se olvida para siempre de sus cuitas
la oruga cuando se hace mariposa!

No hace falta esperar otra existencia
para reconocerte en tu estatura:
¡hoy puedes confundirte con tu Esencia,
y remontarte libre a las alturas!

Has asumido al fin esa grandeza
de tu naturaleza angelical,
y empiezas a sentir la ligereza
de tu energía multidimensional.

Ya no eres una víctima de nada
desde esa percepción tan expandida,
y aparece de pronto en tu mirada,
la Luz que antes jugaba a la escondida.

Y al irlo trascendiendo al yo pequeño
comienzas a ingresar en otro plano,
en un “ahora” que no tiene dueño,
y en el que el tiempo duerme entre tus manos.

Y el arco iris ya no se halla afuera:
irradia desde ti, de tu Presencia,
y pudo suceder de esta manera,
¡gracias a que expandiste tu conciencia!