¡Socorro, estoy atrapado!
¡Por favor, que alguien me asista!
¿Que quién me tiene encerrado?:
¡mi propio punto de vista!

Él me muestra la existencia
a través de una mirilla,
y así me pierdo la esencia
de la pura maravilla.

Más mi corazón reclama
que la expanda a mi visión:
¡quiero ver el panorama
igual que desde un avión!.

¡Quiero tener ese don
de un chamán clarividente,
y mandar mi percepción
más allá de lo aparente!.

Pero no encuentro la llave
de esa perspectiva ampliada:
¡necesito hallar la clave
del acceso a esa mirada!

Amigo, entiendo tu pena,
y comprendo tu impaciencia,
¿pero sabes qué te frena?:
¡es tu caja de creencias!.

No logras llegar allí,
al “cofre multicolor”,
porque en el fondo de ti,
¡no te crees merecedor!.

Más tú tienes un derecho
que en tus ojos se refleja:
¡lo mereces por el hecho
de que eres un alma vieja!

Son “los antiguos” del mundo
los que tienen ese anhelo,
ese deseo profundo
de descubrir “otro cielo”.

Pero has padecido tanto
en anteriores destinos,
-tanto dolor, tanto llanto,
por explorar Lo Divino-,

que a causa de ese pasado
la desconfianza es tu signo:
¡llevas muy hondo grabado
eso de que no eres digno!

¡Suelta esa vieja memoria
porque otro tiempo ahora empieza,
y arranca una nueva historia
de poder y de grandeza!

¡Reprograma cada día
tu conciencia celular!:
dile que hay otra energía,
y hoy no hay peligro en brillar.

Dile que te de los dones
que tienes atesorados,
y actualice los patrones
de tus saberes guardados.

Que son tuyos, los mereces,
los quieres, te corresponden:
te los ganaste mil veces
no importa cuándo ni dónde.

Y empieza a actuar diariamente
como si ya fuese así,
y verás que lentamente,
irán aflorando en ti.

Y entonces la harás a un lado
a aquella vieja mirilla,
para entrar, embelesado,
en la pura maravilla…