Como esa nube que pasa fugaz por el cielo,
un pensamiento errabundo por tu mente va,
tan intangible,
y sin embargo de él nacen tu angustia o tu paz…

Cuando la nube que cruza es densa y oscura,
va proyectando en tu alma esa oscuridad:
el mundo es triste,
y donde posas tu vista sólo ves maldad…

Y eres tú, mi amigo,
el gran elector:
quién dice sí…
o quién le dice que no,
a lo que ingresa en el cielo de tu percepción…,

Porque si la nube es blanca, de un blanco radiante,
una serena alegría se adueña de ti,
y el mundo brilla,
y te resulta tan fácil sentirte feliz…

Dime, buen amigo,
qué permites tú:
son de pesar…
o de dulce plenitud
las nubecillas que pasan por tu cielo azul…:
siempre eres tú el que elige entre sombra y luz…