A veces parece
el mundo allí afuera
un lugar sombrío
que la abruma al alma
con su oscuridad…,
y suena a delirio
de un loco extraviado
buscar resplandores
en la opacidad…

Pero también pasa
que un día cualquiera
sin aviso alguno
llega un “darse cuenta”,
un precioso “clik”…,
y entonces percibes
que lo oscuro estaba
en tu pensamiento…,
¡y le pones fin!

Igual que aquél
ciego al nacer
que un día al azar
empieza a ver,
y su visión
al despertar
de la emoción
lo hace temblar,
ante el placer
abrumador
de descubrir
que había color…

Y naces de nuevo
al mirar la vida
como ese invidente
que descubre al mundo
por primera vez…,
y encuentras la magia,
esa que creías
que no alcanzarías
algún día a ver…

¡Y que esplendor
al comprobar
que tenía luz
la oscuridad…!