Compañeros…, mucho se está hablando ( y escribiendo) últimamente, sobre la ¨ley de la atracción¨, y cómo captar por medio de ella, la abundancia, la salud, el amor…en fín…: las cosas buenas de la vida…

Indudablemente, el principio en que se basa tiene asidero, atento que es cierto que materializamos en nuestra vida, aquello que albergamos en nuestro pensamiento: “eres lo que crees que eres”…, “piense y hágase rico”…, “visualizar es obtener”…, “como un hombre piensa en su corazón, así es él”…, etc. etc.

Sin embargo, hay quienes sostienen que “fabricar mentalmente” una realidad material determinada, -una casa más grande, un trabajo mejor, una enfermedad curada, dinero en el banco, una nueva pareja…-, es solo un intento del ego por eludir las circunstancias adversas de nuestra vida…, y de ese modo nos ¨perdemos¨ el aprendizaje que llevaba implícita esa situación desfavorable (situación ésta, que ya estaba planificada por nuestra alma antes de encarnar, para propiciar nuestra evolución).

Así, -en esa línea de pensamiento-, lo único que se lograría es ¨posponer¨ ese aprendizaje…, ya que la lección involucrada, más tarde o más temprano, debe aprenderse.

Quienes piensan de este modo, indican que cualquier visualización que implique un cambio importante en nuestro acontecer, debe ir entonces precedida de una invocación a nuestro Yo Superior, en la que se solicite expresamente que eso que se visualiza llegue a materializarse…SIEMPRE Y CUANDO conduzca al mayor bien del alma…

De modo que así planteadas las cosas, tendríamos dos opciones:

1) Visualización lisa y llana de lo que se quiere obtener.
2) Visualización hecha con la expresa salvedad mencionada anteriormente.

Desde mi modesto punto de vista, habría una tercer opción… (y es a la cual adhiero en lo personal):

En lugar de visualizar las cosas terrenales que quisiéramos conseguir…, visualizarnos fusionados con nuestro Yo Superior, nuestro Ángel Dorado, nuestro Ser de Luz…, esa parte sabia y amorosa de nosotros mismos…

Desde el atalaya elevado de esa conciencia expandida, YA SE TIENE TODO…, todo aquello que esperábamos obtener de los bienes, de las personas, de los lugares, de las cosas… : plenitud, alegría, paz, seguridad, equilibrio, confianza, amor…

(¿Acaso no se estaba refiriendo a esto, “Aquel” que hace ¨apenas¨ dos mil años, nos dijo : “…buscad el Reino de Dios…, y todo lo demás se os dará por añadidura…” ? ).

Cuando nos fusionamos con nuestra Totalidad…, las ¨lecciones¨ ya no tiene razón de ser…, los aprendizajes cesan…, y nos transformamos en SERVICIO…, simple y puro SERVICIO…