Lo que das…vuelve a ti…,
de la misma manera,
como vuelven los trinos
en cada primavera…
Lo que das…vuelve a ti…,
con la clara certeza,
con que se marcha el día
si la noche lo besa…
Lo que das…vuelve a ti…
de un modo inexorable :
hosquedad al que es hosco…,
gentileza al amable…
Lo que das…vuelve a ti :
lo que en el surco se echa,
retornará a su tiempo
transformado en cosecha…
Lo que das…vuelve a ti…,
¡y regresa con creces…!
(como en aquel relato
del pan y de los peces…).
Lo que das…vuelve a ti…
y el círculo se cierra…,
¡por eso tiene todo
quien a nada se aferra…!
Si fue de luz tu siembra
al pasar por aquí…,
será de luz tu trilla… :
¡lo que das…vuelve a ti…!
bellisimo y acertado en su afirmacion de que lo que damos recibimos, es la ley de la atraccion y la cosecha de la vida…Olimpia
¡Celebro que coincidamos en la perspectiva, Olimpia…y gracias por tu comentario!!!
La encontré…!!! 😉 y bueno querido amigo, no puedo estar más de acuerdo con lo que dices.. bien sabes por lo que te escribí que esa es también mi forma de pensar…
Y sabiendo que lo que damos recibimos, digo yo.. en lugar de ir con malos gestos, malas caras y malas palabras… no es mejor ir con una sonrisa por la vida..? ahi te dejo la mia.. 🙂
Gracias por comentarme sobre este poema, es de los que todavia no habia descubierto…
Un fuerte y cariñoso abrazo querido Jorge..
Juana Mª
Me sumo a tu propuesta: ¡que las sonrisas sean un puente nacarado por el que el alma envía su ternura y su luz!
(Y que la tuya vaya al frente…mostrándonos a todos el camino…)
Gracias, compañera de viaje…