La vida cuántica te espera
para vivir de una manera
completamente diferente,
cuando comprendes cabalmente
que tú construyes en tu mente
la realidad que ves afuera.

(¿¡Pero qué dice este señor…:
que yo fabrico mi dolor,
mi enfermedad… y mi tristeza…!?
¡¿Me dice así, con ligereza
que soy causal de mi pobreza,
y de mi angustia y mi temor…?!)

Cada suceso es en esencia,
únicamente una apariencia,
un fotograma en ese guión
de tu película de acción,
y es simplemente tu atención
quien lo transforma en experiencia.

(¡Es colosal esto que dijo!:
¡resulta ahora que yo elijo
a mi escasez darle entidad,
y a mi continua soledad,
porque es mi mente en realidad
la que las crea y da cobijo!!!)

Siempre es tu enfoque el constructor:
él es el Gran Modelador
del universo que percibes;
porque ese mundo en el que vives
existe así, pues lo concibes
de esa manera en tu interior.

(¡Es un delirio lo que cuenta…!,
y aunque me suena un tanto a afrenta,
por un momento voy a fingir
que en algo puedo coincidir,
si es que me dice cómo vivir
de la manera en que lo presenta.)

Vivir por fin cuánticamente
es elegir continuamente
la realidad que más te agrada,
y como un Mago, de la nada,
-con tu Intención bien enfocada-,
¡plasmas la vida que pretendes!

(Pues… supongamos que fuese así…:
¿cómo consigo crear en mí,
en este instante del ahora,
esa conciencia arrolladora…?
¿cómo lo logro, sin más demora,
concretamente, estando aquí…?)

¡Cambia tu forma de pensar
y ya no dejes en ti entrar
esas ideas de apatía…,
que siempre, siempre, tu energía
lo va siguiendo noche y día
al pensamiento sin cesar!

¡Yérguete en amo de tu mente!:
pon tu atención únicamente
en tu poder ilimitado,
y quedará desdibujado
lo que hasta hoy te había frenado
¡y serás libre nuevamente!

Y brotará de tu galera
una actitud que te empodera,
y habrá más luz en tu sendero
y brillará tu derrotero;
ya no lo dudes, compañero:
¡la vida cuántica te espera!