La estrella diamantina en cada corazón,
es similar en todos…, brilla con igual brillo…;
lo que cambia es acaso, la capa de polvillo,
que opaca y que desluce su clara irradiación…

Y esa capa está hecha del amor que no dimos…,
del elogio negado…, de proyectar la sombra…,
de la palabra dura…, del gesto con que herimos…,
¡…de la basura oculta debajo de la alfombra…!

Pero a todos nos llega, en un día cualquiera,
ese instante bendito en que se hace la calma…,
y encontramos adentro lo que no hallamos fuera…
¡y empezamos a oír los mensajes del alma…!

¡Y el corazón festeja lo que al fín sucedió…!
y hay ángeles felices bailando tras del velo…,
y coros celestiales saludan desde el cielo…,
porque ese día otra estrella…¡ su luz recuperó…!