Poesía, video
Tú sabes dentro tuyo, -sin razonarlo-
que nada es más hermoso que este momento,
pero cuando pretendes ir a abrazarlo,
la mente es quien te saca del puro intento.
Viejas programaciones, vida tras vida,
nos han robotizado sin darnos cuenta:
no hay vibraciones altas recién surgidas
ni hay percepciones frescas tras de esa venda.
Más la Nueva Energía que ya ha llegado,
elimina eso antiguo si lo deseas,
y al borrar los engramas de ese pasado,
¡ni siquiera contigo ya te peleas!
Y puedes elegirte programas nuevos
que te acerquen a aquello que más reclamas
y que al fin a lo viejo le den relevo…
¡o vivir simplemente sin más programas!
En ese caso entonces, amigo mío,
vas de instante en instante, puro presente,
y el aquí y el ahora se vuelve un río
que se va renovando constantemente.
No importa si es invierno, o si es verano,
si vives en palacios o en una gruta,
que la dicha, jugando, toma tu mano,
y susurra en tu oído: “¡vamos, disfruta!”
Incluso hasta si caes dentro de un pozo
también allí tú eliges el sentimiento,
y puedes encontrarle su oculto gozo
¡si escoges ver hermoso cada momento!
Y tus obligaciones seguirán siendo,
(la familia, el trabajo, mudar de casa),
pero ya a todo ello tú lo irás viendo
con ojos que ya saben que todo pasa.
¡Te vuelves intocable desde ese Centro!,
y es tu sonrisa leve, imperceptible,
y a cada circunstancia que va a tu encuentro,
la contemplas sereno, manso, apacible.
¡Nada puede afectarte…, nada de nada!,
¡no hay un “yo” que reaccione con destemplanza!,
y hay una mariposa siempre posada
en cualquier sitio donde tu vista alcanza.
¡Has descubierto “el Goce que no Prescribe”,
allí donde no existen “después” ni “antes” ,
ese espacio sin tiempo en donde vive
la belleza divina de cada instante!
La belleza divina de casa instante se vive precisamente cuando la mente nos perturba, aquieta nuestra emociones y pretende bloquearnos del aquí y del ahora. A través de los bloqueos cuando somos conscientes de ellos se da esa chispa de belleza divina para volver de nuevo a la fuente divina.
Saludos. Se feliz.
Bien lo has descripto, Marlene…, ¡bien lo has descripto!
Gracias por tu visita y por tu aporte!
Lo mejor para ti…, y tú también sé feliz!!!
Mi amado Jorge:
Somos instantes, en el que sólo el aquí y ahora cuenta.
En este instante vivo y te escribo.
En este instante mi alma brilla, y aunque estemos lejos yo te toco con esa luz.
En el instante en que abras este mensaje ahí estaré y por un instante me sentirás.
Ah! Que divinos instantes que me hacen llegar lo que tú
piensas y a ti te hacen sentir mi amor.
«En el instante en que abras este mensaje ahí estaré y por un instante me sentirás.»
¡Síííí, mi preciosa amiga…, tal cual…!!!: acabo de verlo, y tu dulzura y tu sabiduría me envolvieron por un momento mágico mientras lo leía…
¡Qué hermoso que seas mi amiga…, qué hermoso…!
Gracias…, gracias…, gracias…