“¡Yo fabrico mi propia epifanía!”,
“¡a mí siempre me llega algo tremendo!”:
según el guión que esté en tu sintonía,
será la forma en la que irás viviendo.

Tu diálogo interior -lo que te dices-,
la va moldeando a tu vibración,
y te conduce a que te atemorices,
si es negativa tu auto conversación.

Comienzas a vibrar en “mala onda”
¡y es desaliento lo que hay en tus fibras!,
y más y más tu malestar se ahonda,
¡porque en verdad “atraes lo que vibras”!

Y te hundes en un pozo de negrura
y no le encuentras ya sentido a nada,
¡y te cuesta dejar la nube oscura
que ha sido, sin querer, “auto creada”!

Pero en cambio, si tú tomas las riendas,
y eliges darlo vuelta al escenario,
retiras de tus ojos esas vendas,
y empiezas a pensar en “lo contrario”.

Y al repensar que lo que se avecina
de algún modo al final te favorece,
puedes trocar en flor cualquier espina,
¡porque esa es la manera en que se crece!

Fíjate bien qué admites en tu mente
porque siempre “recibes lo que esperas”,
y tú, nacido tan resplandeciente,
te mereces ser Luz por donde fueras.

De ese modo no irás a la deriva:
¡empuñarás alegre tu timón!,
y te irás desplazando, mientras vivas,
por lo ilusorio de esta dimensión.

Que el sueño de esta vida es eso…, un sueño
que objetivamos como “realidad”,
y así como forjaste su diseño,
¡también puedes cambiarlo a voluntad!

“¡Yo fabrico mi propia epifanía!”,
“¡a mí siempre me llega algo tremendo!”:
y tú…, ¿qué guión te creas cada día?,
¿el de ir quejoso…, o el de andar sonriendo?