El reproche, mi amigo, es esa arena
que al engranaje humano lo traba y frena,
y a la innata empatía de las personas,
la enfría, la contrae, la desmorona.
Cada vez que reprochas, estas diciendo:
“como yo te pensaba, ya no estás siendo”;
y así al “echarle en cara” tu decepción,
proyectas en el otro tu frustración.
Grasa o arena…, arena o grasa…
paciencia plena…, paciencia escasa…
Arena o grasa…, grasa o arena…,
vida irritada…, vida serena…
La grasa del elogio resulta, en cambio,
el suave lubricante del intercambio:
los engranajes giran sin obstrucciones,
y ruedan dulcemente las relaciones.
Ir prodigando encomios da resultado,
¡porque todos queremos ser bien tratados!,
¿o acaso no sonríe tu corazón,
cuando recibes una ponderación?
Grasa o arena…, arena o grasa…,
una trastoca…, la otra acompasa…
Arena o grasa…, grasa o arena…,
manos vacías…, o manos llenas…
Cuando percibimos que somos “lo mismo”,
-porciones divinas de un Gran Organismo-,
sentimos que vamos tras iguales cosas:
soltar las espinas…, y abrazar las rosas…
Arena o grasa…, grasa o arena…,
quedarse solo…, formar cadena…
Grasa o arena…, arena o grasa…,
¡y mientras tanto la vida pasa…!
"Ir prodigando encomios da resultado,
¡porque todos queremos ser bien tratados!,
¿o acaso no sonríe tu corazón,
cuando recibes una ponderación?"
Es así!!!
Gracias Jorge por tus bellas palabras!
¡Qué bueno que coincidamos en la apreciación que mencionas!
Un abrazo, amiga.
Tu alquimia transforma en belleza, lo cotidiano…."soltar las espinas y abrazar las rosas "…..
La ponderación y el estímulo tienen el mágico poder de cambiarlo todo.
Un abrazo.
Gracias, mi bella amiga, por ir "abrazando -y esparciendo- rosas" por tu camino…
Un abrazo.
Qué buena..!!!
Cada vez que reprochas, estas diciendo:
“como yo te pensaba, ya no estás siendo”;
y así al “echarle en cara” tu decepción,
proyectas en el otro tu frustración.
Me gusta esta estrofa, bueno me gusta todo el poema claroo .. pero es que en esa estrofa diria que casi casi ( o sin casi) está el quid de la cuestión.. si tan solo nos dieramos cuenta de esoo de que los reproches que hacemos a los otros no tienen que ver con ellos sino con nosotros mismos… mmmm otro gallo cantaria.. no te parece?
Un besote Jorge
Juana Maria..
¡Sí que me parece, dulce Juana!, porque hablas muy justamente del núcleo de la cuestión ("…no tienen que ver con ellos sino con nosotros mismos…").
¡Gracias por tu lucidez de siempre!
Gran abrazo.