Los Maestros desde siempre han enseñado,
lo que la Física Cuántica subraya:
“la observación… modifica lo observado…:
¡…es en ti mismo en donde todo se halla…!”

Si en el “afuera” vemos solamente
aquello que esperamos encontrar…,
¿por qué no ir aguardando simplemente
lo más hermoso que se pueda esperar…?

¿Por qué no proyectar una frecuencia
de pura y elevada vibración…,
y colorear así cada experiencia
con ternura…, alegría…y compasión?

Y abrazar cada cosa que acontece
-como a la playa la abraza la marea-,
ya que nada es jamás lo que parece…
¡sino como elegimos que eso sea!

Y contemplarnos en el eterno espejo
que nos coloca enfrente cada hermano…,
sabiendo que lo visto es el reflejo
de nuestro propio aprendizaje humano…

Porque de un modo cierto y comprobable,
cada cosa en tu vida…, cada evento,
-ya sea triste…, feliz…, o irremediable-,
no está allí afuera…: ¡está en tu pensamiento!