El Amor…,
vibraciones
que elevan a todos
a tu alrededor…

Dar de ti…,
lo más bello,
más noble y más puro
que trajiste aquí…

Comprender…,
que no hay nada
que sea superior
a un sincero querer…

Esa es…,
la razón
por la que tú regresas
una y otra vez…

El Amor…,
nos impulsa
hacia planos del alma
de un orden mayor…

Y da igual…,
si es de padres,
de amantes, de amigos,
o amor fraternal…

Si él no está…,
la alegría
arma sus valijas,
saluda y se va…

Y una flor…,
lentamente
se va desmayando
en nuestro interior…

El Amor…,
no precisa
intentar convencer
en una discusión
sólo para tener
la razón…

Porque amar es sentir
sin dudar, sin reñir,
sin temer, sin mentir,
sin buscar, sin pedir
y sin necesitar…

Y es también a la vez
aprender a mirar
al hermano a través
de su traje carnal
y abrazarlo después…

El Amor sabe bien
que no hay ser terrenal,
que no lleve con él
una Luz Celestial…

Y en rigor…,
solamente esa Luz
es la que hace existir
al Amor…