— Divino… (aquí va el nombre de tu maestro preferido: Jesús, Sai Baba, Mahoma, Yogananda, Babaji, el que sea)….déjame besar tus pies de luz, por favor, sublime maestro…y ahora te suplico me confieras el tercer atributo del amor incondicional: el perdón instantáneo.

–Sí, querido hijo de luz que te llamas… (aquí va tu nombre)… en esta vida: nuestro divino Padre te obsequia, por mi intermedio, la gracia del tercer atributo del amor incondicional: el perdón instantáneo.

Siente el poderoso rayo de luz que brota de mis manos y de mi pecho y se dirige al centro de tu segundo corazón, y activa en él la sagrada vibración del perdón instantáneo…

Siente como esta sublime energía se activa y se derrama por todo tu ser…

Siente la fuerza, la belleza y el poder… de perdonarlo todo instantáneamente…en el mismo momento…, porque no hay condenas…no hay reprobación ni censura ante ninguna acción del prójimo…, ni aún ante las más hirientes…

Solo hay una profunda corriente de amor y comprensión… que todo lo acepta…que todo lo entiende…que todo lo tolera: sabes bien que estás hecho de luz… y nada puede lastimarte…

Siente la alegría, la plenitud y la gloria… de vivir en estado de perdón permanente…irradiando la paz de tu amorosa indulgencia…que todo lo suaviza…que todo lo apacigua…que todo lo redime…

Siente el regocijo del perdón instantáneo…divina flor que brota espontáneamente de tu corazón puro y luminoso…

Yo decreto, querido hijo de luz que te llamas… (tu nombre)…en esta vida, por el amor infinito que el padre te tiene, que el espíritu del perdón instantáneo impregne todo tu ser…todo tu ser…todo tu ser…absoluta, total, completamente…absoluta, total, completamente…absoluta, total, completamente. ..aquí, ahora y para siempre…aquí, ahora y para siempre…aquí, ahora y para siempre…y así es…así es…así es…

FIN