¿Sabes que puedes tener
solo pensamientos bellos,
surgiendo como destellos
en tu diario acontecer?

¡Alto, pensamiento oscuro,
vete con tu desazón,
que solamente los puros
entran en mi corazón!

Sencillamente se empieza
con esa crucial tarea:
¡elegir bien cada idea
que pasa por tu cabeza!

¡Alto, pensamiento huraño!,
tú no entras en mi morral:
sin importar su tamaño
¡llevo allí lo Celestial!

Y hay algo esencial aquí:
¡ser selecto en tu menú!,
porque recuerda, ¡eres tú!,
quien dice “este no, este sí”.

¡Alto, pensamiento arcaico!,
prosigue en tu nadería
bañándote en lo prosaico…,
¡que yo me baño en poesía!

Por eso en todo momento
vigila que tu pensar,
deje afuera sin dudar,
lo que te cause tormento.

¡Alto, pensamiento asnal!,
sigue tú en tus hoscos modos
pensando de todos mal,
¡que yo pienso bien de todos!

Y como lo hace un orfebre
con muy delicado esmero,
tú así te tallas entero
para que tu Ser celebre.

¡Alto, pensamiento impuro!,
quédate tú con tu cruz
chapaleando allí en lo oscuro…
¡que yo me quedo en la Luz!

Y cuando llegue ese día
en el que al fin cada idea
te encienda como a una tea…,
¡será tuya la alegría!

¡Alto, pensamiento triste!,
que aquí no admito tristeza,
pues mi alma solo se viste
con risas y con belleza.

Y ya no habrá ningún viento
que te agite de repente,
porque serás tú realmente
¡quién manda en tu pensamiento!