El modo que tienes de ir por la vida
pincela en tus ojos una luz fluida
y es porque tú sientes que al fin cada herida,
te va a llevar a hacer de ti alguien mejor.

No hay otra manera de ascender tu cerro,
que errando y de a poco aprender del yerro,
pues tan solo el fuego le da forma al hierro,
y tu vibrar se vuelve así de alto esplendor.

Cuando irradias
la belleza
de tu Alma
donde vas,
tu Energía
forma un Campo
que potencia
a los demás.

Y si acaso el ego quiere importunarte
le dices entonces “no voy a escucharte,
porque escojo ahora izar mi estandarte
hecho de Paz, hecho de Luz, y de Bondad”.

Y la voz de tu Alma te dirá vibrante
que estás ascendiendo porque lo importante
es vivir sirviendo con el modo amante
de aquél que ve en los demás Divinidad…

Y al actuar así,
desde el corazón,
brindando de ti
pura compasión,
te empoderarás
casi sin querer
porque brillarás
con la Luz del Ser.