A veces pasa que parece todo gris,
que no hay manera de cambiar tu realidad,
que no hay edad
de ser feliz,
y es “para siempre” que llegó la oscuridad…

Y en ese trance
tu panorama,
sin medias tintas
te hunde en el drama.

Pero también puede llegar a ti un “¡ajá!”,
un “darse cuenta” que cambia tu percepción,
y tu intuición
te hace mirar
los mismos hechos a través del corazón.

Y ves allí que es tu existencia una cartilla,
en la que escribes cada día tu argumento:
¿uno de aliento…?,
¿uno que humilla…?,
¡sólo eres tú “el redactor” de ese momento!.

No es “trago dulce”,
ni es “trago amargo”:
es darse cuenta
que estás tú “a cargo”.

Cuando te asumes “responsable” de raíz,
un “Poder Nuevo” en ti comienza a aparecer:
el de escoger
el ser feliz,
sin depender de lo que pueda acontecer…,
¡y cuánta paz da descubrir ese Poder…!