¿Se han puesto a pensar, compañeros, en todo lo que encierra una caricia…?

Ella engloba, en si misma, los mejores sentimientos de la vida : apreciación, ternura, bondad, cariño, gratitud…

(¿Acaso se puede acariciar con odio…? ¿ Se puede acariciar con ira…, con maldad…, con desprecio…?).

Cada vez que nuestra mano se desliza dulcemente sobre la cabecita de nuestros hijos…, sobre el hombro de un amigo…, sobre el lomo de nuestra mascota…, sobre las hojitas de una planta…-incluso sobre la superficie de ese objeto que valoramos tanto-, les estamos diciendo sin palabras : “¡que bueno tenerte cerca…! ¡gracias por estar en mi vida…! ¡te quiero…!”.

Y en ese preciso instante, una pequeña burbuja de alegría visita nuestro corazón…¡y rozamos de pronto…sin pretenderlo…, sin haberlo buscado siquiera…, los bordes mismos de la simple felicidad…!

Y ese dulce gesto universal, SIEMPRE es sinónimo –en nuestra programación subconsciente-, de ternura…, de mimo…, de cariño…

El solo hecho de acariciar algo –lo que sea-, ya dispara automáticamente en nosotros, una respuesta/sentimiento de apreciación…, de afecto…, de bondad… (como si se activara un reflejo condicionado –positivo en este caso-, de acción/emoción).

¡Compruébenlo, camaradas…! ¡Ahora mismo, si lo desean…! ¡Acaricien el escritorio donde se apoya la computadora en la que están leyendo…! ¡Acaricien el sillón en el que están sentados…! (¡NO tocar : acariciar!)

Y van a ver que las emociones/pensamientos que surgen, son siempre de aprecio : “¡qué comodo que sos…! ¡gracias por servirme tanto…!” Etc.

¡Porque la caricia está motorizada por el corazón…!

(Mientras que su contrapartida, la EVALUACION, nace de la mente : “ya está medio viejo…” ; “tendría que cambiarlo…” ; “habría que encolar este extremo…” )

Entonces…¿por qué no acariciar más a menudo…-no sólo cuando nos nace-, sino “deliberadamente”…?

Cuando estemos tristes…o tensos…o confundidos…, acariciemos…, simplemente acariciemos…-plantas, objetos, mascotas, personas, fotos…- ¡y nos visitará esa pequeña burbuja de felicidad que mencionamos antes…!

Y ahora, compañero de viaje…¡voy a desafiar amablemente tu ¨sistema de creencias¨…! :

¿Por qué tendríamos que limitarnos a acariciar sólo con nuestras manos…si también podemos hacerlo con nuestra energía…?

¿Y por qué limitarnos a acariciar sólo a nuestros seres queridos…, si podemos acariciar a cada hermano del camino…? -¿acaso no son también ellos, “nuestros seres queridos”…de la gran familia humana…?-

(Y si tal vez te surgiera ahora un pensamiento restrictivo del tipo: “es muy difícil…”, “todavía no estoy preparado…”, “aún no confío en mis capacidades…”…, en ese caso, compañero, dejame recordarte entonces –una vez más-…, que “la energía sigue al pensamiento”…, que la ¨realidad¨ es una ilusión que podés cambiar cuando lo desees…¡y que tu potencial más elevado te está aguardando…!).

MEDITACIÓN : ACARICIANDO CON TU ENERGÍA

Tu vida ha cobrado un nuevo significado: has decidido repartir tu luz allí por donde vas…, pero ahora, de una manera muy específica: ¨acariciando¨ con tu energía al prójimo…quienquiera que sea…y esté donde esté…

Y estás allí…en la parada del transporte…mientras esperás que el ómnibus llegue…, y te ¨enfocás¨ en esa anciana de semblante cansado que está en la fila, delante tuyo…

Respirás profundo…, muy hondo…, mientras expandís tu conciencia…, y visualizás que tus manos físicas se ¨proyectan¨ como si fueran luminosos guantes etéreos…, sobre la cabeza de la viejecita…

“Acariciás” con ellas su cabello cano…sus sienes plateadas…su frente arrugada…, mientras le decís en silencio: “¡te quiero, abuela…!”.

Con tu amorosa intención, la vas envolviendo en caricias de luz…-de consuelo, de paz, de bienestar…- ; esas altas ondas vibratorias, no solo neutralizan la energía densa o anestésica que pudiera primar en ella en ese momento…, sino que además –por inducción armónica-, van pulsando ¨las teclas¨ de su propia luz…-esa grandeza infinita que late en su interior-…

Como una red dorada de hilos invisibles, tu amor la acaricia, la cobija, la envuelve…y abrillanta su propia estrella diamantina…, en el altar sagrado de su alma…

Y por un breve instante, ya no sos vos quien la embebe en esa luz…¡es el Corazón Único que a todos nos hermana, pulsando con el latido de la Creación…!

La viejecita percibe –en un nivel no conciente-, el estímulo cariñoso de esas vibraciones tan puras…, esa elevada frecuencia del Amor Incondicional…(y quizás se le ¨ocurra¨ pensar, ¨casualmente¨… “¡que agradable se puso la mañana…!”…, o tal vez gire la cabeza…y te sonría…).

Y sabés bien que tu proceder -basado en la actitud correcta, en la nobleza y el amor-, no sólo la está haciendo sentir mejor momentáneamente…: a un nivel mucho más profundo, la está ayudando a avanzar en el camino que le resta…¡la está ayudando a “despertar”…!.

FIN