Poesía, video

Padre-Madre, has podado mi ego,
me has hecho Uno con mi Yo Mayor,
y hoy me solazo mientras juego el juego,
al observarlo todo con dulzor.

Cuando a menudo mi conciencia “normal”,
se desliza a tu “Supraconciencia”,
mi percepción deja de ser lineal,
y lo veo todo desde “otra frecuencia”.

Y al rozar “Quién Yo Soy”, mi Ser Divino,
pulsando sin cesar mis altas cuerdas,
ya no preciso un mapa en mi camino…
me guía mi intuición: “derecha…, “izquierda”…

En ese estado super elevado
no me enfado por nada ni con nadie:
¡sobrevuelo la vida embelesado
cuando permito que mi Luz se irradie!

Los dramas de la mente quedan lejos
pues ya no hay sitio para la aflicción,
y al desaparecer todo lo viejo
¡se desvanece la preocupación!

Aquella antigua “categorización”:
(esto es “bonito”, esto “desagradable”),
difumina su antigua condición,
¡pues ya nada resulta “insoportable”!

Y es que la “cosa en sí” pierde sustancia
cuando mi vibración marca el acento:
¡se respira en el aire otra fragancia,
y la dicha se adueña del momento!

Y allí disfruto sin más arrebatos,
de cualquier cosa que la Vida ofrezca:
hacer informes, el lavar los platos,
cortar el pasto… ¡o lo que aparezca!

¿Y por qué ello es así? ¡Es muy sencillo!:
¡nada me puede parecer funesto,
ni ensombrecerlo a mi incipiente brillo,
si no lo catalogo de “molesto”!

Al no haber ya una “puntuación del hecho”,
el momento se torna primoroso,
y esa alegría no registra techo,
¡porque es en mi interior donde está el gozo!

De esta manera soy invulnerable
al verlo todo desde El Gran Umbral:
lo que antes me sonaba a “intolerable”,
¡ahora lo veo como insustancial!

Incluso si alguien me contesta mal,
“algo” muy dentro mío se sonríe,
y hace que una energía fraternal
desde mi propio corazón le envíe.

(¡Cómo juzgarlo si él aún no sabe
que es esta vida un sueño de la mente,
y que en verdad realmente ya no cabe
irritarse por algo impermanente?!)

Y allí, a ti Padre-Madre te agradezco
que me hayas concedido este candor,
pues esa es la manera en que más crezco,
al contemplarlo todo… ¡con Amor!