¿Por qué lo crucificas al que ha trastabillado,
y tal vez ha tomado oscuras decisiones…?,
si en tu largo periplo tú también has errado…,
¡y se cuentan de a miles tus equivocaciones!
¿Por qué lo crucificas a tu hermano distinto,
y tu verbo impiadoso lo fustiga y arredra?
¿Acaso tú no cargas tus propios laberintos…?
¡Si estás “libre de culpa” tira la primer piedra!
¿Por qué lo crucificas a quién aún no ha podido
acceder al remanso de su Ser Interior…?
¿No escuchas en su alma a ese niñito herido
que tan sólo reclama su parcela de amor…?
¡Quién no se ha equivocado en tantas existencias…!,
y es por eso, mi amigo, que no sirve juzgar,
porque a fuerza de errores, de traspiés y experiencias,
es como la conciencia puede al fin progresar.
En el juego de luces y sombras que es la vida,
el contraste es el núcleo de este camino dual:
¡alguien tenía que actuar en el rol de suicida,
de ladrón, de chismoso, de loco o marginal…!
¡Despeja tu mirada y sosiega tu mente,
y acéptalo a ese hermano con su sombra y su luz!,
¿no te das cuenta acaso, que tiene suficiente
con el dolor del alma que le causa su cruz…?
Y el aceptar no implica aprobar sus desvíos:
implica simplemente bañarlo en compasión,
y decirle en silencio: “tu curso no es el mío…,
¡pero de todos modos te abro mi corazón!”
Y si aún no te naciera actuar de esta manera,
hazlo aunque más no sea por tu propio interés:
alimentar prejuicios y rencor por cualquiera,
como usualmente dicen: “es un tiro en tus pies”.
Porque todos formamos un tejido global:
el campo de conciencia de un solo colectivo,
y de un modo tangible, comprobable y real
lo que haces con el otro… ¡también lo haces contigo!
CUÁNTA DULZURA EN TUS PALABRAS…CUÁNTA SABIDURÍA EN TU SENTIR…BESO TU ALMA…REVERENCIO TU ESPÍRITU!!!!QUEDO DE VOS POR SIEMPRE AGRADECIDA!!!!
Gracias, Katty, por tu habitual y dulce exageración para conmigo…
¡Que andes bien en tu vida!
Buen dia Jorge.
Como todos los dias estoy en tu sintonia total, es necesaria la miel sobre la sal, un abrazo de hermano.
Gracias por estar "sintonizado", camarada de ruta…
¡Sigamos entonces poniendo "miel sobre la sal", como tan bellamente expresas…!
Un gran abrazo.