¿Estás allí, alimentando
fantasmas de utilería…,
temeroso, preocupado
de lo que te traiga el día…?

Déjame que te pregunte:
¿y si de una vez te entregas
al flujo de la corriente
de cada cosa que llega…?

¿Y si te dejas flotar
en las manos de la brisa,
y sueltas la resistencia
que te ata y te paraliza…?

¿Y si te quedas sereno
sintiendo el sol que te mece,
y le das la bienvenida
a aquello que te acontece…?

¿Y si principias a verlo
todo de forma apacible,
porque sabes que en el fondo
no hay nada que sea terrible…?

¿Y si empiezas a creer
que nadie te puede herir,
y decides desde ahora
relajarte y sonreír…?

¿Y si ni acaso la muerte
puede causarte algún mal,
porque nada acaba nunca,
y no tenemos final…?

¿Y si comienzas de a poco
a soltarte, y a fluir…?
¿Y si te quedas en paz…?
¿Y si te dejas vivir…?