Para bien o para mal,
tu vida es un abanico,
donde hay un tema central:
¿piensas “en grande”, o “en chico”?

Cuando tú “piensas en grande”,
tu creatividad despierta,
y tu Conciencia se expande
y la Vida te abre puertas.

Pero si “en chico” cavilas
la Vida dice al pasar:
“si hacia ¨poco¨ te encarrilas,
¨poco¨ te puedo brindar”.

Y si acaso titubeas,
medita por un momento
en que lo que te rodea,
¡primero fue un pensamiento!

¡Aún tus hábitos normales
son, con sus reiteraciones,
simples patrones mentales
repitiendo vibraciones!

¡Tu energía te delata!:
o se halla brumosa… o brilla,
¡y solamente se trata
de que gires tu perilla!

Porque ni bien tú amplías
tu túnel de realidad,
van surgiendo epifanías
que no creías ser verdad.

Y allí surge una certeza
absoluta y primordial:
siempre, siempre la Grandeza,
¡es un Estado Mental!

Por eso, piensa en bonanza,
piensa en altos objetivos,
en júbilo, en esperanza,
y en la dicha de estar vivo…

Y si un pensamiento en pena
se quedara allí en tu mente,
hazlo irse por las buenas,
¡o empújalo gentilmente!

Que al pensar con optimismo,
con bondad y bellos modos,
no solo ganas tú mismo:
en verdad…, ¡ganamos todos!

Pues la vibración constante
que irradia tu pensamiento,
lo hace al mundo más brillante
cuando escapas del lamento.

¡Pon tu granito de arena!,
y granito más granito,
la playa de gente buena
se extenderá a lo infinito.

¡Vamos ya, te lo suplico,
acude a tu fortaleza,
y no pienses más en chico!:
¡tú mandas en tu cabeza!