¡¿Quién dijo que “el afuera” es inmutable,
que no tienes poder sobre las cosas
pues “lo real” es inmodificable
tanto en sus tramas simples o grandiosas?!
¡Eso nunca fue cierto, compañero!:
es solo una versión que no te calza
pues no tiene el más mínimo asidero
al asentarse en una visión falsa.
Tú tienes el poder, amigo mío,
de trasformar lo amargo en agradable,
y de tornar radiante lo sombrío
¡porque tu realidad es manejable!
Cuando logras por fin de ti adueñarte,
¡a tus espaldas se coloca el viento!,
y nada puede ya obstaculizarte
al escogerlos tú a tus pensamientos.
Y es que lo que contemplas, camarada,
es tan solo una “banda de frecuencia”,
que se vuelve verdad en tu mirada
¡porque tu percepción la hace creencia!
¡Ya sabes…!, tu conciencia es energía
que crea un campo a tu alrededor,
y cuando la utilizas como guía
siempre te orienta a la elección mejor.
Y así lo que tú esperas toma forma
pues con solo esperarlo, ¡lo agigantas!,
tu expectativa se aferra a una norma:
aquello en lo que piensas, ¡eso imantas!
Por eso tu Intención es poderosa
y cuando afinas bien su sintonía,
allí en donde sea que se posa,
¡fabrica para ti una “sincronía”!
Y al impregnar de Luz cualquier instancia
con la simpleza con que lo hace un Faro,
empiezas a moldear tu circunstancia
sin que eso te parezca extraño o raro.
¡Y qué felicidad sale a tu encuentro
cuando ya no te atrapa “lo chiquito”!:
al actuar desde el centro de tu Centro,
¡se expresa a través tuyo Lo Infinito!
Por eso si la Vida un día cualquiera
te mostrase su rostro más aciago,
introduce tu mano en tu galera
tal como lo hace un verdadero Mago.
Más no para sacar de allí un conejo
como quién crea algo de la nada,
sino para otra clase de festejo:
¡transformarlo al limón… en limonada!
Es tan fácil sublimarse para crear nuestra propia realidad y así construir imágenes de lugares y sensaciones, percibir formas, colores, aromas, sabores, todo aquello que nos hace felices.
Un día caluroso puedo viajar a la playa y dejarme arrullar por el sonido de las olas y dejarme abrazar por el Sol, otro día frío puedo ir a un bosque de abetos y refugiarme en una cabaña y tomar chocolate caliente frente a la chimenea o puedo ir de zafari y convivir con los animales salvajes.
Son tantos los escenarios a donde se puede estar.
Pero también existe una fuerza interior que se puede visualizar con nuestro lóbulo frontal y así tener la capacidad de hasta sanar una grave enfermedad.
Ven a mi mundo interior te invito a un café como esos que pintaba Van Gogh y seamos parte de uno de sus hermosos cuadros, dejémonos captar por sus mágicos pinceles y charlemos frente a una copa de vino….. Te amo
¡Ahhhh…, que bello y diversificado que es tu mundo interior, mi dulce Tere!
¡Y claro que acepto tu invitación a ese rico café, saboreado desde una pintura de Van Gogh, nada menos!
Y hasta que nos encontremos a charlar frente a esa copa de vino, te mando mi abrazo más cálido, amada amiga…