“Te acepto tal como sos…”
¡Quién esa expresión no usa!
Pero en el fondo sabemos
que la frase está inconclusa…
Porque en realidad pensamos:
“Te acepto tal como sos…
siempre y cuando sólo muestres
lo que me gusta de vos…!”
¡Qué distinto que sería
si nada te disgustara…!
Si lo que ves en el otro…
¡de corazón lo aceptaras!
Si casi ni reparases
en sus faltas y defectos…
Si viendo su imperfección…
¡pudieras verlo perfecto…!
Si recordaras que está
como vos, haciendo un viaje…
y a fuerza de equivocarse,
creciendo en su aprendizaje…
¡Que distinto que sería
si expandieras tu visión…
y vieras sólo la luz
brillando en su corazón…!
¿Podés lograr eso, camarada de ruta?
¿O te cuesta mucho hacerlo…?
Si alguien no se comporta como vos hubieses esperado…, ¿reaccionás desde el ego ¨herido¨, …o desde el espíritu ¨inafectable¨…?
Cuando empezamos a sentir realmente que TODOS SOMOS UNO…, que todos somos Maestros y Discípulos los unos de los otros…, y que cada encuentro –o desencuentro- con el prójimo, es solamente una ¨excusa¨ para nuestro aprendizaje…, comienza entonces el corazón a abrirse…a ampliarse…y a transformarse en esa Casa Grande que a nadie deja afuera…
Porque un corazón abierto ya no tiene tiempo para la dureza, para la exclusión, para el conflicto… : ¡sólo tiene tiempo para destilar miel…!
Y cuando empieces a sentir en vos esa dulzura…¡sabrás que te has contactado con lo Sagrado en tu interior…, y desde allí…con el Corazón Universal…!
Si te interesara ese cometido, tal vez la siguiente meditación, te pueda ser útil…
MEDITACION : COMPRENDER Y PERDONAR
Entrás en un estado sereno y meditativo a través de tu procedimiento usual…, y comenzás a visualizarte haciendo una compra en el comercio que tu intuición te indique (farmacia, almacén, panadería, boutique, ferretería…el que sea).
Allí estás…pidiendo ese producto específico que necesitás…; y el vendedor…, mostrándotelo de mala gana…
Al ver sus modales antipáticos, pensás… “¿qué le pasa a este buen hombre…? ¿porqué me trata de esta forma…? Tal vez hoy está teniendo un mal día…”
Y en tu intención de comprenderlo, le sonreís…, como queriéndole hacerle notar –de una manera silenciosa-, que está todo bien…, que no vas a juzgarlo por un desplante ocasional…, (y simultáneamente con tu pensamiento le decís “¡te acepto y te quiero!…”).
Pero por alguna extraña razón, él interpreta tu sonrisa como un gesto de “debilidad”…; de que no vas a oponerle resistencia a su agresividad…; de que vas a soportar mansamente su ¨destrato¨…¡ y acentúa entonces aún más su proceder irritante…!
Inspirás profundamente…como respaldándote en esa bocanada de energía que la inhalación te aporta…, y te preguntás rápidamente a vos mismo : “¿soy ego…o soy espíritu…? ¿…reacciono…o tolero…?”
Por supuesto que el ego pide de inmediato “pararle el carro” a ese ¨desubicado¨ : no quiere que nadie lastime su orgullo.
Pero el espíritu, en cambio, sabe bien que el orgullo no tiene cabida cuando actuamos desde la bondad y la compasión…; y que el amor y la pureza de intención, son tu mejor escudo : bajo su resguardo, nada ni nadie pueden lastimarte.
Y también sabe que esa persona detrás del mostrador…es otra partecita de tu Ser total…, y tal vez no sólo esté pasando por un “mal día”…; ¡tal vez esté pasando por una “mala vida”…!
Y esa súbita y callada toma de conciencia, disuelve en vos cualquier hostilidad que quisiese empezar a aparecer…, y automáticamente, lo confina al ego “al asiento de atrás…”.
Le seguís sonriendo al vendedor malhumorado…mientras le expresás con tu pensamiento : “¡hermano…, no te das cuenta que así sos vos el que se maltrata a sí mismo…! ¡yo igual te sigo queriendo…”.
(¡ Y en un luminoso destello de repentina comprensión…, se te aparece en su total magnitud el significado concreto del verbo “perdonar”…!)
Mientras te dirigís a la caja a abonar el producto, sentís que no hay resistencia alguna en tu corazón…; sólo tal vez el suspiro de una pequeña desilusión…, el esbozo tenue de una mínima pena… ¡por tanto camino que a ese compañero aún le falta recorrer…!
(Y en ese momento tal vez “algo” te recuerde íntimamente…que está bien sentir eso…, porque a los Trabajadores de la Luz no les nace odiar…, pero a veces…de tanto en tanto…se decepcionan un poco…).
Le agradecés en silencio a tu Yo Superior por haber podido mantener a raya al ego…, y mientras te alejás del local…, proyectás una burbuja de amorosa energía sobre el vendedor…; lo abrazás con tu pensamiento…, y celebrás que haya estado allí, con vos, en ese cruce de caminos…porque te regaló la oportunidad de afianzar, una vez más, …tu sereno compromiso con la Luz…
FIN
que lindo!
Maravilloso, Jorge. ¡Y qué difícil es mantenerse en esa línea….! Ya vamos controlando el ego…
hay más comprensión…una sonrisa y aceptación de tu hermano…pero lo que tu dices…sientes un poco de decepción…
Y tampoco me gusta, Jorge…aunque es humano…
porque cuando te decepciones de un hermano, demuestras que tu confianza en él ha flaqueado…
y por lo tanto…la confianza en tí mismo, flaquea también.
Tiempo atrás no comprendía el sentido de la Vida en esta dimensión…pero ahora sí, hermano.
Constantemente te ves reflejado en el mundo que te rodea, en tus hermanos, en todo…y si estás totalmente abierto, te contemplas a tí mismo, te sientes, te sufres…te amas, y solo así…el ser humano, la criatura humana, va conociendo a su verdadero SER, es consciente de EL.
Tu musica resuena en mi corazón, poeta.
Tienes razón, querida Camaleón…
Nosotros, -la inmensa mayoría de los trabajadores de la luz-, vamos marchando lentamente hacia ese estado superior que tu ya has alcanzado…
¡Ojalá la hubiese alcanzado ya, hermano! Pero no es así…estoy en la "DECEPCIÓN" algunas veces…
No quiero tener este sentimiento…cada vez son menos los momentos que lo tengo…pero cuando emergen en mi corazón…me hacen daño, porque la verdadera naturaleza del Corazón no es así.
Todos vamos hacia…nadie es perfecto, hermano…nadie…y gracias a esas imperfecciones, podemos entender y comprender mucho más al hermano, y saber que a pesar de sus "cosas", es un ángel maravilloso, capaz de sentir y de actuar como un Dios, que es.
Todavía tenemos que pulir mucho, hermano…pero todos…sin excepción.
Un abrazo enorme.
Hola Jorge, ¡grandiosa elecciòn! de mantener firme tu compromiso con la Luz, sabes se dice: " que cuando màs se avanza en el camino espiritual, màs sutiles son las pequeñas tentaciones para hacernos resbalar ".
Te recuerdo la llave maestra: No hagas a otro lo que no te gustarìa que te hagan a tì, y no permitas que otro te haga lo que tù no harìas.
Un abrazo . Merly…
Yo le agregaría una tercer acepción a "la llave maestra", Merly -y es justamente la acepción con la que más resueno-: "Has a los otros lo que SÍ te gustaría que te hicieran a ti".
¡Gracias por tu valioso aporte, amiga!
Un abrazo…
MUY BUENO LO TUYO JORGE HOY LLEGO A MIS MANOS ESTA PAJINA ,SIN YO BUSCARLA ME LLAMO LA ETENCION, Y ME PUSE LEER ME GUSTO MUCHO ,NO FUE CASUALIDAD POR ALGO LLEGO A MI -BENDICIONES NORMA
Gracias, Norma, por tu comentario y tu visita…
¡Celebro que te agraden estos pajarillos!
Un cálido abrazo…
Hola jorge,qué difícil controlar al ego…hay que estar muy alerta,pero qué hermoso poder comprender y perdonar,es un sentimiento liberador;entender que el otro está en su propio viaje,y que tal vez,nosotros,también tuvimos actitudes similares y agradecer el hecho de darnos cuenta y poder seguir creciendo en AMOR.
Gracias por la LUZ.Abrazos. Leonor
Una vez más coincidimos, compañera de viaje: has expresado tu sentir de manera muy clara y bella…
Un abrazo
Buen dia para todos los trabajadores de la luz, yo estoy segura de que Jorge de escapo de nuestra familia de luz, gracias a la vida por esa circunstancia.
Un calido abrazo de hermano a la distancia
Que tengan todos un bendecido dia.
Gracias por tu dulce "exageración", querida Gina…
¡Lo mejor en tu vida!
Un tierno abrazo.