Si es que hoy te toca estar anclado
en un lugar sin armonía…,
denso…, opresivo…, y pesado…:
¡allí hace falta tu energía!

¡Que para eso es que has venido
un luminoso amanecer…!,
y no interesa, en tal sentido,
tu ocupación…o tu quehacer…

…si eres tal vez oficinista…
o un fabricante perspicaz…,
o un excelente concertista…,
o un ama de casa más…

¡…tu vibración es la que importa…!,
y tu serena compasión…,
y esa actitud que siempre exhorta
a la total aceptación…

…y a suspender todos los juicios…,
…y a mitigar cualquier dolor…,
y a prodigar los beneficios
de un alma llena de esplendor…

Y en el lugar desangelado
en que la Vida te arrumbó,
tal vez pensó quien te ha cruzado:
“¡si el ha podido…¿por qué yo no?!”

Y a lo mejor tu no te enteres…,
y quizás nadie te lo cuente…,
¡más sin embargo a cuántos seres
le has enseñado otra vertiente!

Sin alharacas ni discursos…,
sin predicar ni convencer…,
¡únicamente en el transcurso
de lo que emana de tu ser!

¡Que no hay tal vez mejor ejemplo
de un corazón iluminado,
que aquél que lleva el propio templo
a cada sitio que ha pisado…!

Y no es cuestión de ser profeta…,
o de si “quiero”…o de si “debo”:
¡es que has venido a este Planeta
para sembrar el Hombre Nuevo!