¡Desidentifícate!,
que tú no eres tu traje:
tu actual rol es uno más
de un largo peregrinaje.

Y tu ropaje una tarde
deshacerá sus costuras,
y volverás a ser TÚ,
en tu Esencia de Luz pura.

Y este holograma que habitas,
esta esfera de ilusión,
hará ¡plop! en tu conciencia
como pompa de jabón.

Y en ese instante preciso
te saldrás del “egonauta”,
y volverás, -¡libre al fin!-,
a ser de nuevo “Eternauta”.

Porque tú no eres tu cuerpo,
ni eres tu emoción fugaz,
y menos tus pensamientos:
¡TÚ eres lo que hay detrás!:

un alma eterna, inmortal,
sin inicio ni partida,
jugando una y otra vez
este juego de la vida.

Y en el futuro distante
de una galaxia secreta,
tal como sembraste a este,
sembrarás otro planeta.

Cada vez que eres consciente
de tu cósmico linaje,
¡ya nada, mi amigo, nada,
puede afectarte en tu viaje!

Y tus actuales desvelos
pasan a través de ti:
¡no tienen de qué agarrarse,
porque ya “no estás allí”!

En cambio, lo que “allí esté”,
será un resplandor dorado:
el de tu magnificencia,
estando aún encarnado.

Y sonreirás ante el paso
de esta existencia fugaz,
pues verás que es sólo un sueño…,
sólo eso…, nada más…

Por eso, cuando la vida
te quiera tratar “de usted”,
inspira muy hondo… y luego,
¡desidentifícate!