Que te desentiendas del ruido del mundo…
que apagues las voces allí en tu cabeza…,
que tus ojos puedan viajar tan profundo,
que allí donde lleguen, sólo hallen pureza…

Que en ese recinto dentro de tu Ser,
encuentres tu espacio de serenidad…
donde ya más nada te ha de estremecer…
donde ya más nadie te ha de perturbar…

Que sientas la esencia que a todos hermana…
que aspires fragancia jamás presentidas…
que bebas del agua que todo lo sana…
¡que se cicatricen todas tus heridas…!

Que luego consigas, -al volver al ruedo-,
seguir sosteniendo tu luz y tu paz… :
(irradiar tranquilo, silencioso y quedo,
¡será tu regalo para los demás…!)

¡Que sea cada sitio tu “dulce lugar”…!
¡Que sea cada hora tu tiempo de calma…!
¡Que sea tu consigna amar por amar…!
¡Que tu ¨yo pequeño¨ se funda en tu alma…!