¿Te han ofendido… y ya salta tu ego
a defender “su honor y su valía”?
Antes de entrar en ese absurdo juego…
¡deja pasar por lo menos un día!

Toma conciencia silenciosamente
que eres tú el dueño de tu biografía,
y en vez de reaccionar allí “en caliente”:
¡demora la respuesta que surgía!

Al elegir “mañana le contesto”,
frenas la rueda de la majadería,
y lo dejas al otro sin pretexto
para insistir en su descortesía.

Y ese lapso es un tiempo suficiente…,
porque el alba te traerá su epifanía,
y observarás en forma diferente
eso que tan ingrato parecía…

Podrás entonces comprobar mañana
que habrás ganado la sabiduría
de dejar diluir la espuma vana
de los orgullos y las niñerías…

Y verás cómo todo se suaviza…,
que hasta las presunciones más sombrías
le dan lugar a una visión precisa
que pone en su lugar las naderías…

Cualquier reacción furiosa se evapora,
y pasa a ser “acción” sensata y fría,
si acudiendo al poder de la demora…,
¡dejas pasar un día!.