Si este mundo es solamente una “Escuela de Conciencia”,
y tu actual encarnación es una gota en tu mar,
no existe mejor manera de hacerla fructificar
que dejarlo a un lado al ego, y vivir desde tu Esencia.

¿Contratiempos, frustraciones, tristezas que van llegando?,
verás que rápidamente superas la situación
cuando vas dando las flores del jardín del corazón,
¡porque nos vuelve el aroma de lo que vamos brindando!

Dar por dar tiene tal magia, tal poder transformador,
que tu energía se eleva como nunca lo hizo antes,
y te cambia de tal modo que pasas en un instante,
de una vida en blanco y negro…, ¡a una existencia en color!

Tú dirás “es sincronía”, o “Ley de Causa y Efecto”,
o le pondrás otro nombre a esa condición hermosa:
yo elijo pensar en cambio que ello se debe a otra cosa,
¡estás vibrando en Amor…, y el Amor siempre es perfecto!

¡Y traza un círculo excelso!, tanto, que nos causa asombro,
pero exige un requisito: ¡la pureza de intención!,
si hay mezquinos intereses, ya no hay “milagro en acción”:
¡los rosales no florecen en medio de los escombros!

Y si tu mente te oye, y dice: “¡estás delirando!”,
¡no la escuches…, no la escuches…., tú has venido a trasmutar!:
¡y ya sabes que la oruga se comienza a preocupar,
cuando ve que en mariposa se está metamorfoseando!

¡Tú toma la iniciativa cuando marchas por allí!:
deja ver que estás dispuesto para quien precisa ayuda,
si no te escriben, ¡escribe!…, si no saludan…, ¡saluda!,
y da sin esperar nada de los que vienen a ti.

¿O acaso los astros piden por brillar de madrugada?
¿Los atardeceres cobran por regalarte su beso?
Los pájaros con sus trinos…, las flores con su embelezo…,
¡la Creación es tu Maestra en dar, sin esperar nada!

Y si no se halla a tu alcance dar auxilio material,
¡pues ayuda de otro modo, con tu visualización!:
imagínalo a ese hermano con luz en el corazón,
y disfrutando lo bello de una vida sin igual.

Visualízalo en un mundo donde ya no hay competencia,
y en donde lo que domina es la solidaridad,
y donde el Amor se expande por cada pueblo y ciudad
no como un manchón de aceite…, ¡como un manto de inocencia!

Y cuando lo hagas El Cielo te dirá: “¡gracias por dar,
admiro tu dulce entrega sin esperar nada de ello!:
por eso es que desde siempre para ti guardo el destello
de mi estrella preferida…, ¡la que brilla por brillar!”

Y es que en la Nueva Energía que se acaba de instalar,
tu corazón es ahora más noble, más grande y puro:
¡da por dar, sin retaceos!, y si lo haces, te aseguro,
que a ti otras Manos más Grandes, ¡también… te darán por dar!