Cuando ya nada te moleste,
no habrá de ser porque en tu vida
ya no haya gente enfurecida
que te regañe o te proteste…

Tampoco habrá de ser, amigo,
porque no existan más problemas,
ni circunstancias muy extremas
que quieran vérselas contigo.

Ni porque un hada misteriosa
quite las piedras de tu vía,
y las tristezas de tu día,
y las espinas de tus rosas…

Cuando ya nada te moleste,
habrá de ser porque has logrado
eso que tanto has anhelado:
¡que el Dios en ti se manifieste!.

Y el mundo dual seguirá estando,
más tú, con dulce desapego,
verás la Vida como un Juego…,
y te verás a ti jugando…

Percibirás tal paz por dentro,
tanta armonía reposada,
que sentirás que ya más nada
podrá sacarte de tu centro…

Y al transitar por la existencia
sin abrir juicios de valor,
-ni estando en contra…, ni a favor…-,
¡abrazarás cada experiencia!.

Y podrá estar azul celeste,
o tormentoso el cielo acaso,
que sonreirás en ambos casos…,
¡cuando ya nada te moleste…!