Un reproche inesperado…
Una actitud injuriosa…
Un rechazo de mal modo…
Una respuesta furiosa…

¡El mundo se ha complotado
para hacerte sentir mal,
y tu frágil autoestima
se rompe como un cristal!

¿Y si a lo que te hace el otro
le restaras importancia,
y eligieras no ofenderte
en ninguna circunstancia…?

¿Y si te sientes tan grande,
tan valioso en tu interior,
que no llegan a rozarte
los dardos del desamor…?

¿Y si abrevas en la Fuente
que en tu corazón palpita…,
la de la inmensa ternura
y la bondad infinita…?

¿Y si pasas por la vida
esparciendo ese matiz…,
desapegado de todo…,
serenamente feliz…?

Cuando sin expectativas,
vuelas libre como el viento,
ya no esperas nunca nada
de nadie en ningún momento…

Y al no depender entonces
de lo que hagan los demás,
eres el único dueño
de tu dicha y de tu paz…

(Como dijo hace ya tiempo
aquél venerable hindú:
“si todo el mundo ¨te falla¨…
el que ¨te falla¨… ¡eres tú!”).