Cuando recordemos que somos Maestros
en este Colegio de duras lecciones,
porque en tantos ciclos nos hicimos diestros
de lo que la Vida dicta en sus salones…

Cuando los destellos de esa remembranza
pulsen las memorias de nuestro poder,
y movilicemos ya sin más tardanza
la Fuerza Creadora que hay en nuestro Ser…

Cuando vislumbremos que este largo viaje,
tal y como ha sido ya llega a su fin…,
porque ya es la hora de que otro follaje
y otras flores crezcan en nuestro Jardín…

Cuando percibamos que en definitiva
siempre se ha tratado de “la percepción”,
porque ella es quien plasma nuestra perspectiva,
y acelera o frena nuestra evolución…

Cuando comprendamos que ya no es preciso
por múltiples sendas seguir explorando
tras de un ilusorio, virtual paraíso…,
¡porque somos “eso” que estamos buscando…!

Y cuando afirmemos que ya no hacen falta
ninguna doctrina, ningún “salvador”…,
¡por fin entraremos a la clara y alta
Morada Divina de nuestro interior…!